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Diferencias entre energía alta y un posible trastorno de hiperactividad (TDAH)

Updated: Dec 26, 2024



La hiperactividad es un término comúnmente utilizado para describir a niños que parecen estar siempre en movimiento, con una energía aparentemente interminable. Sin embargo, es importante comprender la diferencia entre tener una energía alta y padecer un trastorno de hiperactividad como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Aunque ambos pueden implicar un comportamiento inquieto, existen características clave que ayudan a diferenciarlos.

1. Energía alta:

Un niño con energía alta es aquel que, simplemente, tiene más vitalidad o es más activo que otros niños. Este comportamiento es común en muchas etapas del desarrollo infantil, especialmente en edades tempranas, cuando los niños están explorando el mundo a través del juego físico y mental.

Características de la energía alta:

  • Naturaleza temporal: Los niños con mucha energía pueden pasar de un momento de actividad intensa a momentos de descanso o concentración sin dificultad.

  • Adaptación a diferentes entornos: Aunque los niños con energía alta pueden ser más activos, generalmente se adaptan a las expectativas sociales y académicas sin dificultades graves.

  • No interfiere con el rendimiento escolar o social: Los niños con energía alta no suelen tener problemas graves para seguir instrucciones o para enfocarse en las tareas, aunque pueden ser inquietos o preferir actividades físicas.

  • Capacidad para concentrarse: Aunque prefieren actividades dinámicas, estos niños pueden concentrarse cuando se les da un entorno adecuado, y su energía no interfiere significativamente con su rendimiento.

2. Trastorno de Hiperactividad (TDAH):

El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta a la capacidad de un niño para prestar atención, controlar impulsos y regular su nivel de actividad. A menudo, el TDAH se manifiesta con una combinación de síntomas relacionados con la impulsividad, la inatención y la hiperactividad.

Características del TDAH:

  • Inquietud constante: Los niños con TDAH a menudo muestran una actividad física constante, que no se calma ni con el descanso. Pueden estar en movimiento durante la mayor parte del día, incluso cuando no es apropiado.

  • Dificultades para mantenerse concentrados: Los niños con TDAH a menudo tienen dificultades para completar tareas, especialmente si requieren concentración o atención sostenida. Pueden empezar una actividad y saltar rápidamente a otra sin terminar la primera.

  • Impulsividad: Uno de los rasgos clave del TDAH es la impulsividad. Los niños con este trastorno pueden interrumpir a otros, tomar decisiones sin pensar en las consecuencias o actuar sin considerar las normas sociales.

  • Desorganización: Los niños con TDAH pueden mostrar un comportamiento desorganizado, olvidando tareas, perdiendo objetos o mostrando una falta general de planificación y estructura en su vida diaria.

  • Interferencia con la vida diaria: El TDAH tiende a afectar las actividades escolares, las relaciones sociales y el bienestar general del niño. Los síntomas no son pasajeros y persisten a lo largo del tiempo, afectando su capacidad para adaptarse a diferentes contextos.

3. Diferencias clave:

Aspecto

Energía alta

TDAH

Nivel de actividad

Alta, pero controlable y adaptable al contexto.

Constante y desbordante, no controlable fácilmente.

Duración

Temporal y ajustable, varía con el entorno.

Persistente, afecta la vida diaria a largo plazo.

Capacidad de concentración

Puede concentrarse en tareas dinámicas o cuando se le motiva.

Dificultad constante para mantener la atención, incluso en tareas interesantes.

Impulsividad

Baja, puede ser ocasional y bajo control.

Alta, con dificultades para esperar turnos o pensar antes de actuar.

Interferencia con el rendimiento

Generalmente no interfiere con el rendimiento social o académico.

Interfiere significativamente en la escuela, relaciones y vida cotidiana.

Comportamiento social

Adaptable a las normas sociales y contextos.

Dificultad para seguir normas, puede mostrar comportamientos disruptivos.

4. Cuándo preocuparnos:

La energía alta no debería ser una preocupación si el niño es capaz de regular sus niveles de actividad, se adapta bien a las expectativas del entorno y no interfiere con su rendimiento en la escuela o relaciones sociales. En cambio, si un niño muestra señales de TDAH, como dificultad para concentrarse a pesar de los esfuerzos, una impulsividad constante y una hiperactividad que interfiere con sus actividades diarias, es recomendable consultar con un profesional de la salud para una evaluación.

Conclusión:

Entender la diferencia entre tener energía alta y padecer TDAH es crucial para proporcionar el apoyo adecuado a los niños. Si bien todos los niños tienen niveles de energía variables, los padres y educadores deben estar atentos a los signos de que la inquietud, la impulsividad o la inatención están más allá de lo esperado para la edad del niño, y buscar una evaluación si los síntomas afectan su vida cotidiana.

 
 
 

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